
Pero Pandora traía algo consigo: una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también todos los bienes. Uno de los bienes era la Esperanza, que también permanecía encerrada en aquella caja. Y es que cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza, aunque tampoco nobles sentimientos. Pandora, víctima de su curiosidad, abrió la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.
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